Cuando todo va bien, respira

Me encanta mi trabajo. Esa sensación de sentirte viva, con la adrenalina a tope, planteándote retos continuos y con las “mariposas” en la boca del estómago que te hacen consciente de que empiezas algo nuevo: un grupo nuevo, una nacionalidad diferente, un curso distinto…

Eso me hace estar en continuo proceso de formación. Cuanto más lees, estudias y amplías horizontes, más consciente eres de lo que te queda para llegar. La pregunta es: «¿Llegar a dónde?». Aquí es dónde me planteo la importancia de ser consciente del momento presente, ya que es el único importante.

También, seamos sinceros, hay momentos en los que tiraría la toalla y pienso en abandonar. En estas ocasiones lo inteligente es aceptar la realidad y enfocarme en mi objetivo. Un objetivo medible, alcanzable, retador, realista, marcado en el tiempo y específico.

Vivir ese momento, sea cual sea, aceptando y sin juzgar, nos permite gestionar nuestro tiempo, nuestras emociones… de manera que trasmitimos mejor y nos relacionamos con los demás de otra manera, viviendo y compartiendo momentos de calidad, que es lo que en definitiva importa.

Cuando las cosas van bien, respira. Cuando las cosas, puedan ir mejor respira. La respiración te acompaña siempre, te ayuda a ver las cosas de diferente manera y te ayuda a mostrarte tal y como eres.

No hay comentarios

Escribe un comentario

*