17 Jul La plaza de Toros de Zaragoza. De Goya a Ava Gardner.
Resulta muy peculiar que Francisco de Goya asistiera a la inauguración “oficial” de la Plaza de Toros de la Misericordia en 1765 y casi 195 años después Ava Gardner la visitara también durante unas Fiestas del Pilar.
Las vidas de estos personajes se entrecruzan cuando la bella artista norteamericana rueda “La maja vestida” en 1958 ambientada con considerables licencias históricas a lo Hollywood, en la España en la que supuestamente vivieron su relación amorosa el pintor y la duquesa de Alba.
Lo cierto es que de la Plaza de Toros de la Misericordia se podría decir que es dos Plazas en una, ya que a la construcción original del siglo XVIII se le añadió una sobrefachada estilo “neo-árabe/neo-mudéjar” y un perímetro exterior que dejó embutida la antigua, aquella que en el llamado campo del Toro, mandó levantar el ilustrado Ramón de Pignatelli.
La primigenia dieciochesca planteada por Julián Yarza se inauguró en octubre de 1764, si bien cómo hemos citado, se le dió carácter oficial en 1765 haciéndolo coincidir con la terminación de la Basílica del Pilar que, otra casualidad, habría sido llevada a cabo por el mismo arquitecto.
Necesitada de una renovación entre 1916 y 1918 los arquitectos Miguel Ángel Navarro y Manuel Martínez de Ubago la traen al siglo XX precisamente por la utilización al interior del hormigón armado. Un elemento que además de inmediatez aporta un considerable abaratamiento de costes y la hizo pionera y un ejemplo a seguir.
Con respecto a lo que la visita nos ofrece aparte del soberbio exterior y el albero con sus partes características, cómo la Puerta Grande, llaman mucho la atención del visitante las llamadas “cuevas”.
Estos pequeños espacios se encuentran bajo las gradas del tendido original de la construcción del XVIII y están dedicados a diversos elementos en relación a la Tauromaquia pero también a otras facetas de la Fiesta cómo las diversas ganaderías que hay en Aragón o la relación que desde la Antigüedad ha existido del hombre con el Toro.
También hay trajes de luces para poder apreciar la riqueza y variedad de sus elementos y de sus bordados, numerosas fotografías o carteles cómo los de Unceta, pionero del cartelismo entendido como arte en España.
Especial interés tiene la pequeña exposición dedicada a Nicanor Villalta, matador turolense de Cretas, uno de los más afamados de los toreros aragoneses que además participó en 1927 en la primera Corrida Goyesca datada, origen de las que luego se han ido realizando por el resto de España.
La Plaza de Toros ha recibido visitas ilustres a lo largo de estos siglos desde el citado genio de Fuendetodos hasta monarcas, artistas, intelectuales, políticos… pues no olvidemos que también ha sido el marco para varios mítines de todo signo.
Lugar de encuentro de la ciudadanía de Zaragoza, ya más recientemente son también recordados los conciertos que han tenido lugar en ella, que van desde Mecano, Aerosmith, Alaska, Lenny Kravitz, Kiss o Miguel Bosé.
Un lugar por tanto lleno de historia e historias, uno de los ruedos más antiguos de España, la primera en cubrirse, tradicional por fuera, contemporánea por dentro, que quiere darse a conocer a todos los ciudadanos para valorar aparte de otras consideraciones nuestro rico patrimonio.
Sergio Muro
Publicado a las 13:49h, 17 septiembreExcelente visita guiada, muy bien organizada.
La atención desde la reserva hasta finalizar la propia visita ha sido exquisita.
Es un espacio y un patrimonio cultural que sorprende verlo desde dentro, aún no siendo taurino o apasionado de la tauromaquia.
Es historia de la ciudad donde además se han realizado múltiples eventos de todo tipo.
Muy recomendable.
Gracias por el descubrimiento