Las que son pero no están…

Si hay un templo en Zaragoza que se asimila y relaciona con la Semana Santa, ese es el de Santa Isabel de Portugal, conocido popularmente cómo San Cayetano.

Esta «Real Capilla» es el lugar de reunión de un gran número de Cofradías, de dónde salen principalmente la tarde-noche del Viernes Santo, en esa gran y emocionante Procesión del Santo Entierro. Además es sede de varias, quizás las más destacados por su importancia para la configuración actual de la Procesión son la Muy Ilustre  Antiquísima y Real Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia, la Cofradía de Nuestra de la Piedad y Santo Sepulcro y la Cofradía de las Siete Palabras y de San Juan Evangelista.

Esta iglesia barroca de 1706 guarda en su interior varias imágenes que procesionan y reciben culto desde hace siglos cómo el célebre Cristo de la Cama procedente del desaparecido Convento de San Francisco,  propiedad de la citada Cofradía de la Sangre de Cristo.

Pero de lo que vamos a hablar es de las imágenes que custodia esta iglesia propiedad de la Diputación Provincial y que hoy en día no salen por nuestras calles. Una peculiaridad, una de tantas de la Semana Santa de Zaragoza declarada de Interés Turístico Nacional. 

La imagen de Nuestra Señora de la Soledad esculpida por Antonio José Palao en 1856 no sale en la Procesión desde 1994. Palao (1824-1886) originario de Yecla trabajó en otras iglesias zaragozanas tan trascendentales cómo las Basílicas de El Pilar y la de Santa Engracia. También son suyas las estatuas públicas de Ramón de Pignatelli en su Parque homónimo y de Juan Sebastián Elcano, esta ya en la bella localidad de Guetaria patria también de Balenciaga. 

La imagen citada es de las llamadas de «vestir» con ricos bordados cómo es tradicional y representa a María en su Soledad, es decir el último de sus Siete Dolores cuándo la Virgen tiene a su Hijo muerto. Pertenece a la Hermandad de San Joaquín y Nuestra Señora de los Dolores.

Tomás Llovet (1770-1848) nacido en Alcañiz es uno de los artistas que más ha contribuido a los Pasos de la Semana Santa, pues varios son los que procesionan portados por diversas Cofradías si bien el origen de su encargo fue siempre La Sangre de Cristo.

Aunque fue sobre todo maestro de escultores y se dedicó al arte sacro, cómo curiosidad realizó la parte escultórica de la Fuente de Neptuno del «Parque Grande», la primera de agua potable de Zaragoza (1833).

En 1818 talló entre otras imágenes el Cristo del Paso que popularmente era conocido cómo el del «Balcón», pues representaba de manera bastante peculiar el momento en el que este es ofrecido al pueblo judío por Pilatos. Propiedad de la Sangre de Cristo procesionó hasta 1967 cedido a la Cofradía del Ecce Homo, ese año se consiguió el permiso para sacar la imagen más antigua de nuestra Semana Santa, el Ecce Homo de San Felipe. Cómo dato curioso el templete que alberga esta imagen de origen flamenco fue diseñado por el propio Llovet (1822-1823).

Por último también cómo el anterior, albergado en la Capilla del Cristo de la Cama, está la imagen de Jesús atado a la Columna o La Flagelación pues representa ese episodio. En el atentado-incendio de abril de 1935 estos dos Pasos de Llovet se vieron afectadas en sus imágenes secundarias. 

Desde 1969 la imagen de este Cristo no participa en el Santo Entierro, año en el que fue sustituida por una de las más espectaculares, el Cristo atado a la Columna del insigne José Bueno de 1949. 

Resulta muy interesante aunque ciertamente complejo todo este cruce, valga la expresión, de nombres propios, fechas, Cofradías e historias que se interrelacionan más de lo que pensamos. Una Semana Santa que continuando año tras año su tradición secular, tiene un patrimonio artístico muy rico y que en buena parte puede contemplarse en la iglesia de Santa Isabel de Portugal, la iglesia de la Semana Santa zaragozana. 

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