09 Dic Inmaculada
El llamado Puente de la Inmaculada genera en buena parte de la población planes para realizar esos días. Visita a los mercadillos navideños, ver encendidas las luces de plazas y calles y por supuesto la oportunidad para acercarse a ciudades lejanas o cercanas…
Un magnífico plan podría ser: Huesca. Visitar sus calles, sus bellos monumentos, sus coquetas plazas, sus comercios antiguos, degustar su rica gastronomía.
Cercana en todos los sentidos, la bella capital posee y conserva muchos alicientes. España es pionera de la celebración en torno a una de las grandes festividades religiosas del año: la Inmaculada Concepción. Esta devoción mariana es una de las más arraigadas en Aragón y tiene su origen en el dogma según el cual, la Virgen María habría sido concebida sin pecado original. Huesca conserva secularmente una tradición relacionada con esta festividad religiosa que debería ser más conocida.
Se trata del llamado Tota Pulchra, oficio de vigilia celebrada anualmente en la Catedral de Huesca, la tarde-noche del 7 de diciembre. Se trata de una rica liturgia catalogada Bien de Interés Cultural desde 2014. En esta ceremonia participan tres instituciones desde el siglo XV: la académica, heredera de la Universidad Sertoriana y representada por el claustro de profesores del I.E.S. Ramón y Cajal; la municipal, representada por el Ayuntamiento de Huesca y la eclesiástica, a través del Cabildo Catedralicio.
El oficio realizado en Huesca, toma el nombre del canto Tota Pulchra es, María, antigua oración escrita en torno al siglo IV, cuyo texto procede en parte del libro de Judit y en parte del Cantar de los Cantares. En dicha ceremonia, se incorpora un ritual específico en cuanto a intervenciones musicales y procedimiento.
Su origen data de 1450 cuándo con motivo de una epidemia de peste que asoló la ciudad, se conserva testimonio documental del voto realizado por las instituciones oscenses a la Inmaculada Concepción. Otro brote virulento en el año 1651 lleva a la ciudad y a sus instituciones a renovar el voto el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís. Al año siguiente se celebra con una procesión desde la catedral de Huesca hasta el convento de San Francisco portando la imagen de la Virgen de la Concepción, llamada también Virgen del Voto.
Hoy en día es una tradición consolidada en la capital, acuden desde luego devotos pero también público en general. La catedral de Huesca, templo que posee elementos góticos, renacentistas y barrocos con su soberbio retablo central de Damián Forment no podía ser mejor marco para este ceremonial. Por eso aunque no se acuda a él resulta la excusa perfecta para conocer el rico patrimonio que conserva esta ciudad.
Si bien el patrocinio sobre España de la Inmaculada Concepción de María se relaciona en buena parte con Flandes o con Roma donde recordemos la Plaza de España está presidida por una imagen de esta advocación mariana, debemos plantearnos que a veces no es necesario viajar y conocer lugares e historias lejanas. Deberíamos valorar más lo que está a nuestro alrededor pues sólo así podremos hacer que otros así lo consideren.
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