Monumentos Arquitectónicos de España 1852-1881

17 de enero – 17 de marzo, 2019 Sala de exposiciones Ignacio Zuloaga FUENDETODOS

Los Monumentos Arquitectónicos de España (1852-1881) fue una de las mayores iniciativas editoriales protagonizadas por el arte gráfico europeo en el siglo XIX. Este extraordinario proyecto nació al amparo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y bajo el control científico de la recién creada Escuela Especial de Arquitectura. Desde el principio contó con el patrocinio estatal a través del Ministerio de Fomento y con la alta protección de la reina Isabel II. El objetivo del proyecto fue crear un catálogo visual, recogiendo en imágenes la totalidad del patrimonio arquitectónico de España en una publicación de lujo con estampas de la máxima calidad. La obra pretendía reunir los principales monumentos de las tres culturas existentes en suelo español: «pagana», «mahometana» y «cristiana», utilizando esta nomenclatura como primera y fundamental clasificación de la obra.

Pese a la especialización arquitectónica de la obra también se dio cabida a otras artes como la pintura representada extraordinariamente por el retablo relicario del monasterio de Piedra (Nuévalos, Zaragoza), una de las obras maestras de la pintura gótica española.

La obra se publicó en 89 fascículos, que empezaron a aparecer por entregas en 1856. Dichas entregas, que reunían una media de cuatro estampas más dos hojas de texto, no guardaron nunca un orden correlativo, ya que cada fascículo no se refería a un mismo monumento o a una región en concreto. El resultado fue un caótico conjunto de imágenes y textos.

El resultado fueron 281 estampas, que representaban monumentos de 24 de las 50 provincias que en ese momento formaban la división territorial de España. Al suspenderse la publicación en 1881, se completaron con ellas 32 monografías con textos explicativos, quedando muchas estampas sueltas como un conjunto inacabado. El gran proyecto de Monumentos Arquitectónicos de España exigió un considerable esfuerzo de organización y dotación de infraestructuras, debido al gran formato de sus estampas y a la introducción de los últimos avances del grabado arquitectónico. Para los grabados y litografías se contrataron los servicios de especialistas nacionales y extranjeros. Todo ello, la convirtió en la principal empresa tipográfica que se llevó a cabo en España durante el siglo XIX.

La edición es un monumento en sí misma, sobre todo por la extraordinaria calidad de las estampas de gran formato que la componen, siendo avalada por el prestigio de la Calcografía Nacional.

 

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