El amor en Zaragoza

¿Puede tener relación una película de los hermanos Marx con Zaragoza? Si además a esto añadimos una ópera italiana el «cóctel» no puede ser más atractivo.

No es que la película de 1936 dirigida por Sam Wood este ambientada en nuestra ciudad pero si que es una historia romántica, en la que al final triunfará el amor entre Rosa (Kity Carlisle) y Ricardo (Allan Jones). Aderezada con el genial humor de los Marx, verdaderos protagonistas de la trama con escenas que son historia del Cine, el hilo conductor es la representación de una ópera, «Il trovatore». Y es ahí dónde aparece la ciudad de Zaragoza, en concreto uno de sus monumentos más significativos, el castillo de la Aljafería.

El Romanticismo encontró en Zaragoza el lugar idóneo para uno de sus dramas. Porque que hay nada más romántico que el argumento y la música de una ópera italiana.

«Il trovatore» es una ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Salvatore Cammarano terminado por Leone Emanuele Bardare. Estrenada el 19 de enero de 1853 en el Teatro Apollo de Roma, pronto se convirtió en una exitosa producción con incontables representaciones. Junto con «Rigoletto» (1851) y «La traviata»(1853) forma parte de la trilogía que convirtió al compositor en un ídolo popular. 

Con toques rozando lo absurdo, casi cómo la película de los Marx, sus componentes van de lo sublime a lo grotesco, del amor al odio, de la venganza a la ternura propios de la naturaleza humana, esta obra está ambientada entre Vizcaya y el Reino de Aragón. 

«El trovador» original que sirvió de inspiración a Giuseppe Verdi es del escritor gaditano Antonio García Gutiérrez. Un drama romántico al estilo Víctor Hugo en el que las pasiones humanas, más que los asuntos amorosos, son los que articulan la acción.  

Pero todas estas historias tienen un origen, en concreto un lugar de origen, Zaragoza. En la antigua Saraqusta se levantará este «Palacio de la Alegria» siendo precisamente la primera edificación del complejo palaciego la llamada «Torre del trovador».

Se construyó durante el mandato de Muhammad Alanqar entre los siglos IX y X cuándo aún se dependía del califato de Córdoba y fue una estructura defensiva.

Aunque fue presidio inquisitorial es curioso cómo se le dió un giro a este lugar primero por la obra del dramaturgo español y después por la ópera del músico italiano. Sobre todo la adaptación musical, porque la obra literaria era mucho más histórica y veraz, dotó de un aura romántica a este lugar. Ese será el lugar elegido para los escenarios principales de la historia amorosa entre Manrico el trovador y Leonora. 

El Palacio de la Aljafería es por tanto no sólo el monumento musulmán más al Norte de Europa, si no el escenario histórico para una obra literaria, otra musical y hasta una película. Un motivo más para releerlo y verlo.

Porque si hablábamos al principio del texto de los hermanos Marx y su humor inexpicable que hay más inexplicable que el amor…

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