Un poco de tradición: los Belenes

La tradición de montar belenes se debe sobre todo al Santo italiano Francisco de Asís que en la gruta de Greccio organizó con sus frailes una de las primeras representaciones de “Belén viviente” en el año 1223 con personas y animales reales. A partir de ahí, se popularizó la idea de representar el Nacimiento de Jesús en forma de Belén.

El origen de los Belenes se encuentra en la tradición cristiana de representar el Nacimiento de Jesús en Belén, tal como está descrito en los Evangelios.

A lo largo de los siglos, esta tradición se ha extendido y sus representaciones han evolucionado, convirtiéndose en una parte importante de la celebración navideña en muchas culturas.

El Belén o Nacimiento es una tradición muy arraigada en la cultura hispana durante la celebración de la Navidad. Suele ser una escena montada con figuras que representan a la Virgen María, San José, el Niño Jesús, los Reyes Magos, los ángeles, pastores, animales y otros personajes relacionados con la historia bíblica. Además, se incluyen elementos como un pesebre o establo, vegetación, rocas y elementos típicos del entorno rural, arquitecturas diversas o de ambientación etnográfica diversa.

El Belén suele instalarse a principios de diciembre, cuando comienza el periodo de Adviento o en torno a la Festividad de la Inmaculada Concepción de María y se mantiene hasta el Día de Reyes, el 6 de enero, que es cuando se celebra la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús.

En Zaragoza también hay tradición por los Belenes. Su visita junto a la contemplación de las luces navideñas es cita obligada para mayores y niños que lo viven de una manera especial.

Antiguamente muchos de estos Belenes eran instalados en los conventos e iglesias. Las ordenes religiosas por motivos evidentes conservaban esta tradición. Muestra de ello es el Belén del Asilo de San José de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados con numerosas figuras, luces y efectos o el de la Casa Amparo con más de 150 años de historia que en su origen instalaban las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.  

En Zaragoza es muy popular el Belén de la Plaza del Pilar. Es el Belén más grande de España con 56 figuras a tamaño real y unos 1000 metros cuadrados de superficie. Cada año recibe miles de visitas de zaragozanos y turistas, siendo el centro de todas las actividades navideñas permanece abierto desde diciembre hasta  principios de enero.

Otro Belén muy visitado es el que se instala en las oficinas centrales de Ibercaja con más de 200 piezas muchas de ellas procedentes de los talleres de artesanía religiosa de Olot. Con paisajes de estilo tradicional aragonés, recreando todo tipo de escenas cotidianas es perfectamente visible las 24 horas del día ya que se encuentra tras uno de los grandes ventanales del Paseo de la Constitución.

Los Belenes de Zaragoza son de todo tipo y van desde el clásico y artístico del Museo Alma Mater de estilo napolitano, originales cómo el pequeño realizado en papel del Museo del Origami, o con inspiración en el folclore aragonés de “La Algodonera Platero” de la calle Méndez Núñez.

Una tradición que se ve perdurada en el tiempo porque el Belén además del evidente contenido religioso tiene un hondo simbolismo para los que lo instalan y en especial para los que lo contemplan pues nos traslada a un lugar inalterable, nuestra infancia.

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